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Mujeres En La Empresa

Autor:   •  March 5, 2018  •  3,209 Words (13 Pages)  •  607 Views

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El conocimiento experimental, se enfoca en las vivencias, tiene como principal motor el entendimiento, es decir saber interpretar las vivencias, la realidad.

La mujer tiene mayor dominio del conocimiento experimental y el hombre mayor dominio sobre el conocimiento abstracto. Las diferencias se encuentran en una mayor utilización del conocimiento abstracto para decidir y para hacer cosas en el varón y un mayor dominio del conocimiento experimental en la mujer, quien es la que evalúa las decisiones.

El papel de la mujer actual empresaria tiene un riesgo, y es que empiece a sacrificar en ocasiones la afectividad. Esto haría que la mujer se deshumanice. Ella, en este caso, ha fallado y es incapaz de recuperar la afectividad. Un hombre con frustración afectiva, dice JAPL, da mucha pena, piensa que no lo quiere nadie; una mujer con frustración afectiva da miedo, puede ser una fuerza desatada por la naturaleza. Por eso, en la mujer es más fatal que el hombre sacrificar la afectividad por otras cosas. Porque está más dotada de afectividad, tiene más afinidad y porque está a unos niveles más profundos.

Lo fundamental es que la mujer no sacrifique la afectividad, la atención a la familia, que es para lo que está dotada. Esto, además, le dará profundidad y le ayudará en el desarrollo de su carrera. Se deben diseñar estructuras sociales nuevas, sin el racionalismo decadente que persiste hasta el día de hoy para que la mujer pueda formar parte de esta sin perder su feminidad porque ella es el núcleo de la familia.

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Cambio en la visión de la empresa para contratar mujeres en el Perú

El talento femenino es un activo, es una ventaja competitiva, no hay ninguna empresa que quiera generar valor y riqueza que deje de lado a propósito la contratación de mujeres. Hay dos retos: como retengo el talento femenino y como se desarrollan de manera profesional, con potencial a posiciones de liderazgo.

Según el INEI, la participación femenina en la actividad económica ha pasado de 58.4% en el 2001 a 65.2% en el 2012, eso quiere decir que hay 9.7 millones de mujeres que se encuentran laborando. De esta cantidad, el 27% ocupa puestos de dirección en primera, segunda y tercera línea.

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Aporte de las mujeres en la empresa

Lo mejor que puede aportar una mujer al mundo laboral es propio e insustituible. La experiencia de muchas ejecutivas indica que existe un rechazo por parte de los varones a ser dirigidos por mujeres.

Más allá de que existen varios mitos al respecto (en muchos casos, asociados al machismo) la realidad indica que las mujeres triunfan en las empresas gracias a sus tradicionales características femeninas. Esto lleva a abordar cuáles son esas competencias propias del liderazgo femenino que posibilitan a la mujer no resignar lo que tiene de único y original para aportar.

Si bien la historia muestra que han sido los hombres quienes diseñaron las reglas en el mundo profesional, hoy podemos ver cómo la mujer aporta un estilo de liderazgo que enriquece el funcionamiento de las organizaciones. Pero no hay que olvidar que el aporte de la mujer ha de ser complementario al del varón, porque ambos estilos son enriquecedores para la empresa y sus trabajadores. Cada uno tiene sus puntos distintivos para sumar; igualarlos o pretender homologarlos sería hacer un reduccionismo de la naturaleza femenina y masculina.

En líneas generales, puede afirmarse que la mujer tiene una visión global de las cosas y, al mismo tiempo, no deja pasar ningún detalle. Esta mirada no tan focalizada como la del varón le permite estar abierta ante lo desconocido, sin prejuicios racionales que la condicionen. Aquí se fundamenta su capacidad de innovación, alimentada por el deseo de escuchar y de preguntar. Valoran la creatividad y la opinión contraria. Dicen abiertamente y sin complejos cuando algo no lo saben. No tienen miedo a equivocarse y, por eso, suelen ser audaces y flexibles.

La mujer tiene una capacidad casi innata de captar los posibles conflictos y comprenderlos. Muestra mayor tacto para afrontarlos y resolverlos con iniciativa y espíritu de superación, tal vez porque está más acostumbrada a tener que vencer resistencias. Todo esto la convierte también en una gran negociadora: saber tratar los temas y enfocarlos de manera tal que todos ganen, y nadie se sienta herido, derrotado o vencido. Es ésta una de sus fortalezas a la hora de negociar.

Generalmente, la mujer es más cercana, y esto se nota por esa capacidad de mostrar el amor o el interés por las personas o problemas de un modo concreto, estando en los detalles. Ese gestionar con cercanía no implica que sea menos rigurosa o que esté menos orientada a resultados. Esa proximidad hace referencia al desarrollo natural de la empatía que le permite hacerse cargo de las necesidades de los demás y generar relaciones interpersonales más confiables y creíbles.

Esta capacidad de ponerse en el lugar del otro dota a la mujer de una sensibilidad característica que la predispone al servicio de los demás. Esta habilidad hace que las mujeres sean especialmente competentes en todo lo relativo a la gestión y dirección de personas y a los puestos vinculados directamente con los clientes, a la vez que se muestran eficaces en profesiones en las que el servicio es el foco principal.

La sensibilidad de la mujer está presente en su estilo de dirigir y constituye un verdadero aporte para humanizar las relaciones dentro de las organizaciones.

A la hora de liderar un equipo, lo hace contagiando entusiasmo. Puede decirse que trata de imponer menos y persuadir más y que, a veces, es más contenedora con sus empleados que los varones. En un puesto directivo, la mujer suele confiar más en la cooperación que en la competencia. Para eso, necesita descubrir a cada persona, conocer sus talentos, confiar en ellos y en el aporte que cada uno puede dar al grupo.

Todo esto requiere grandes dotes para motivar a las personas. Con frecuencia, los hombres consideran que el propio interés de sus subordinados es el único estímulo eficaz, por eso suelen utilizar incentivos económicos para quien trabaja mejor y recurren a las sanciones cuando alguien no realiza bien su tarea.

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Barreras a las mujeres en la empresa

Existen diversas barreras que afectan al desarrollo de la mujer en las organizaciones. Históricamente, la cultura peruana ha ubicado a las mujeres en la esfera doméstica y a los hombres en la esfera

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